Durante muchos años, los gatos han sido relacionados con el mundo de lo espíritual, la noche y la muerte; quizá por ese aura de misterio que los rodea.
Los primeros vestigios que tenemos sobre la domesticación de estos adorables y místicos seres es en Egipto, durante el tercer milenio a.C., donde se les adoraba como si de dioses se tratara, debido a su nata habilidad de caza, incluso contaban con una diosa protectora, la diosa Bastet.
Se dice que los comerciantes fenicios fueron los que introdujeron los primeros gatos domésticos a Europa, sin embargo, también pudieron ser los griegos, al asimilar a la diosa Bastet con su propia divinidad, Artemisa.
Este estatus privilegiado no duró demasiado, pues fue a mediados del siglo XIII, justo en la Edad Media, que los michis fueron denigrados a no más que seres oscuros involucrados con la brujería y el diablo, por lo que fueron perseguidos y asesinados, provocando que casi se extinguieran. Este acto inhumano lleno de ignorancia resultó en una de las pandemias más grandes de toda la historia: La Peste Negra.
Fue hasta el siglo XVII que los gatos recuperarían su buena reputación en la sociedad, como cazador de plagas y animal de compañia, gracias al rey francés, Luis XIII, “El Justo”, al prohibír la matanza masiva de gatos (esta iniciativa se extendería a otros paises de Europa).
Habilidades gatunas.
Dentro del parametro de las superticiones, se cree que estos felinos cuentan con siete vidas, debido a su independencia y su habilidad para adaptarse, siendo un superviviente nato.
Además de esto, hay personas que se especializan en el tema de lo metafísico, afirmando que los peluditos cuentas con una percepción extrasensorial, que se manifiesta en 4 habilidades principales: Ver fantasmas o entes de otras dimensiones, comunicarse mente a mente (telepatía), tener conocimiento de donde se encuentran por instinto y saber cuando un acontecimiento funesto pasará.
Un caso muy conocido, fue el de Óscar, un michito que fue adoptado por el personal de un hospital en E.E.U.U., quien predijo la muerte de varios internos, ya que todo parecía indicar que cada que un paciente iba a morir, Óscar lo visitaba.
