CONTRA INFORME, A DOS AÑOS DE UN SUEÑO PERDIDO

Pan, Circo y una administración de fantasía

Por Mr. Fogscreen

Hubo una vez un enano amable que vivía en su pueblo, chiquito como él. Tenía amigas y amigos enanos que le admiraban porque hablaba mucho sin decir nada.

 “El tiempo está a favor de los pequeños”, diría Silvio Rodríguez, pero no de los enanos, digo yo.

En uno de esos días el enano amigo, popular por sus discursos inentendibles, tuvo la suerte de estar en el momento y lugar adecuado cuando el hado padrino le ungió como el guía y soberano de las casas que se encontraban en medio del bosque.

Añoraba bañarse en el río así es que procedió a limpiarlo y como no sabía que debería hacer un soberano, pues se empeñó en que esa debería ser la magna obra de su gobierno: “Limpiaré el río y todos los ríos del bosque”.

De inmediato se le acercaron empresas dedicadas a la limpieza de ríos, otras que le propusieron construir un parque para que tuviera utilidad y le dejará utilidades.

El enano se vio tentado y entendió que las obras y las compras eran útiles y dejaban muchas utilidades: “¡Mis preciosas utilidades! No las dejaré escapar nunca”.

Compró cosas, uniformes, autos, despensas y mucho más sin pedir permiso a nadie y contrato a empresas de amigos para construir obras, así se inició su cuarta transformación, pasando de ser un enano amable para convertirse en un enano villano, déspota y malagradecido.

Gritaba a sus subalternos, enfrentaba al pueblo, se enojaba por cualquier cosa que no entendiera o supiera, que era mucho porque su ignorancia era más grande que su ego.

Cada año tenía la obligación de informar a los habitantes del bosque y tenía que decir algo y se le ocurrió: “¡La gente es tonta, no sabe! Les contaré un cuento que no entiendan como siempre y se sentirán contentos”.

Se fue al bosque a contar un cuento maravilloso:

“Vivimos en un bosque seguro; las mujeres y las niñas pueden caminar sin miedo; estamos construyendo más caminos y muchas obras; somos los número uno de los bosques del mundo mundial; ya limpiamos los ríos que cruzan, en fin que todo es un mundo maravilloso aquí en el bosque”.

Pero un día una mujer decidió enfrentarlo y lo acusó de malos tratos, de abuso, de prepotente. La policía lo mando llamar para que les contará su versión y él solamente decía: “es mi derecho y  la ley me ampara”.

Otro día lo acusaron de gastar de más y comprar cosas de mala calidad a precios muy altos y el solamente decía: “es mi derecho y la ley me ampara”.

El enano conoció a una bella enana y abandonó a su enana esposa, ahora tenía fama, poder y dinero para comprar lo que quisiera. A ella acudía cuando se sentía incomprendido, por eso no le importaba lo que se dijera de él.

El alcohol, la novia, el poder y el dinero lo perdieron en la oscuridad de su propia ignorancia y por ello mismo no se daba cuenta. Porque pensaba que ¡Él siempre tenía la razón!

Al principio no sabía lo que hacía, después supo cómo hacer dinero y comprar el “amor”, pero en el fondo sabía que seguiría siendo un enano, el enano que más hablaba pero enano al fin.

Pero no se daba cuenta de que en el bosque se gestaba un levantamiento contra la mentira, el abuso y la ignorancia.

El fin del gobierno del enano que añoraba bañarse en un río estaba por concluir.

¡Así sea!

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